Deportista es parte del plantel de fútbol femenino de Santiago Wanderers de Valparaíso y se encuentra en nuestra ciudad desarrollando su trabajo de preparación para volver al cuadro porteño e iniciar la competencia oficial
Camila Maldonado Nahuelhuén siempre quiso estar en ese rectángulo de pasto verde, corriendo tras un balón, quitándole la pelota sus contrincantes, dejando a otros atrás con el esférico dominado, pasándoselo a los del color de su camiseta y, por sobre todo divirtiéndose, disfrutando de lo que más ama: practicar fútbol.
Camila es parte de una familia de deportistas que, como todo chilote ligado a la actividad física ha debido sortear muchos obstáculos para poder cumplir sus sueños.
Es por eso que la Municipalidad de Ancud, decidió darle todas las facilidades para que pueda continuar con su preparación física, mientras se encuentra en la ciudad, facilitándole las instalaciones del Estadio Municipal Joel Fritz. Considerando que por la cuarentena no puede ser utilizada la cancha de pasto sintético por una gran cantidad de jugadores, además de la implementación del Gimnasio Fiscal.
Primero con sus amigos en las calles y canchas. “Yo no nunca tuve una escuela formativa, entonces la única forma que yo tenía para aprender era ver a mis amigos del barrio -que eran puros hombres- los que se juntaban afuera de mi casa a jugar. Entonces me hice cercana a ellos, era la única niña ahí, a veces no quería jugar conmigo”.
Pero siempre supo hacerle una finta a las dificultades, buscando avanzar en la disciplina, “De alguna manera yo siempre sacaba el lado bueno de las cosas. Y si bien yo no podía entrenar como ellos, siempre intentaba quitarles la pelota. Siempre intentaba no dejarlos pasar. Siempre intentaba hacer las cosas más difíciles y cuando no me veían yo practicaba sola, con un balón, golpeándolo, en una muralla”.
Hasta que en algún momento tuvo la posibilidad de asistir a una prueba masiva de jugadoras, para la selección chilena, en la que lamentablemente no pudo quedar. Pero eso solo hizo crecer aún más sus deseos y activar su fortaleza. «Ya más grande me atreví a asistir a la escuela de fútbol de la Borquez Solar, que también era de puros hombres. Yo tenía un amigo que me convenció y me ayudó y ahí puede entrenar igual”. Y fue como el pitazo inicial.
ESTUDIOS
Tras trabajar un tiempo, pudo estudiar en Viña del Mar una carrera muy afín a su pasión, Pedagogía en Educación Física. Pero siempre con la meta -o más bien el arco- en la mente: buscar la oportunidad en algún club.
“Fue difícil sí, la verdad que no pude aprender todo lo que quise, dedicarme a lo que yo quería, porque como estudiaba y vivía sola era demasiado duro para mí. Hacerme todas las cosas solas y rendir también en la universidad. En algún momento tampoco fue perfecto para mí. Yo congelé, fue una lucha terminar mi carrera”. Finalmente, al terminar la carrera pudo trabajar, invertir en su preparación, alimentación y comenzó a jugar en segunda división, en San Luis de Quillota.
El año pasado y luego de una prueba logra lo que sería su propio ascenso a Primera División, integrándose el 2020 al decano del balompié nacional, Santiago Wanderers de Valparaíso.
Pese a cumplir gran parte de sus anhelos, todavía siente que queda espacio para crecer y, como buena volante, ser generosa en la entrega. Sobre todo con las nuevas generaciones fanáticas del deporte rey.
“Lo que me importa es poder volver aquí con más herramientas para poder contribuir al fútbol formativo, sobre todo el femenino chilote. Así que si sigo jugando y tengo la oportunidad de colaborar en la formación de otros niños y niñas, yo feliz. Y si no es ahora el momento, porque a lo mejor voy a estar dedicada mucho más al 100 % a la carrera de futbolista, igual va a ser más adelante porque ahora estoy ganando mucha experiencia y aprendizaje que me va a servir demasiado”.
Finalmente esta destacada deportista ancuditana de 28 años, deja un mensaje que puede ser muy útil no solo a quienes piensan dedicarse al deporte profesional, sino como una enseñanza de vida. “Creo que uno tiene que disfrutar cualquier cosa que haga, el problema es cuando uno no lo está disfrutando, porque ahí ya algo está pasando en la vida y cuando uno disfruta puede dar mejores resultados, ser mucho más productivo, y se va a la casa contento satisfecho con lo que uno hace. Tratar siempre de sacar el lado positivo de las cosas, en todo lo que no hagas. No siempre las cosas son perfectas, pero siempre hay cosas bonitas que uno puede aprender”.