En el acto provincial del Día del Patrimonio, que tuvo lugar en Ancud, se relevó el compromiso por el rescate de la cultura insular por parte de representantes de las 10 comunas. En todo el territorio se desarrollaron actividades con motivo de esta jornada.
El Teatro Municipal Mauricio de la Parra de Ancud fue el escenario escogido para el acto central de celebración del Día de los Patrimonios en Chiloé, instancia que reunió a parte importante del circuito cultural de la provincia, contando además con la asistencia de autoridades, organizaciones sociales y la comunidad ancuditana en general, quienes se convirtieron en los anfitriones de este evento que pone énfasis en el reconocimiento a personalidades e instituciones del Archipiélago que fomentan el rescate del patrimonial isleño.
La instancia realizada por la Red de Cultura de Chiloé, la Corporación Cultural Municipal, la Municipalidad de Ancud y la Delegación Presidencial Provincial, puso en valor la importancia de la defensa de las tradiciones insulares. Música, danza y arte con sello local fueron los condimentos que amenizaron el espectáculo en el norte de la Isla Grande.
Objetivo
Para Ramón Yáñez, presidente de la Red de Cultura Chiloé, el acto provincial que se realiza desde hace más de dos décadas tiene como objetivo «valorar el mismo tejido social de nuestras comunidades y su gente, para mantener vivas nuestras tradiciones, a través de su arte, sus oficios, habilidades, traduciéndose en una verdadera épica tradición de nuestros territorios, porque hay una parte que sigue viviendo las memorias y sociabilidad de nuestras comunidades insulares».
Sumó que «por ello también traigo un saludo de todas nuestras compañeras y compañeros de la red, y también desde las distintas municipalidades, a través de nuestros y nuestras colegas jefes de cultura, en este día en que volvemos a recordar el patrimonio».
El anfitrión de esta oportunidad, el alcalde de Ancud Carlos Gómez Miranda, señaló que «todas las definiciones tienen un eje común, una herencia cultural propia de nuestro pasado, mantenida en la actualidad e idealmente transmitida hacia el futuro, a través de nuestras nuevas generaciones. Orgulloso me siento de ver a muchos constructores de esta historia, que junto a cientos más que ya no están, han marcado la huella de un pueblo y territorio».
Diez fueron las y los chilotes, mujeres, hombres y organizaciones, que desde distintos rincones recibieron el premio a la defensa del patrimonio, enfatizando en el trabajo realizado por cada uno de ellos, para poner en alto su identidad cultural.
Para este 2024 y haciendo un recorrido por el mapa del Archipiélago, los escogidos fueron, en Ancud, Miguel Barría Otey, oriundo de Yuste en la península de Lacuy, último maestro cantero de piedra en Cancagua de esta costera localidad; en Quemchi, aparece el matrimonio de Juana Vidal y Arnoldo Cárdenas, este último un ilustre fragüero que durante gran parte de su vida se ha dedicado a la elaboración de artilugios en la localidad de Pido, como los famosos «molinos hidráulicos» que utilizan la energía cinética del movimiento del agua que puede ser empleado, por ejemplo, para la molienda de trigo.
Doña Juana fue la encargada de recibir el galardón, expresando que «estoy contenta, conforme, nuestro legado tiene que ver con el molino que todavía muele. Recuerdo a mi abuelito, a mi padre, yo quedé de eso y ahora van a quedar mis hijos».
Continuando en Dalcahue, el reconocimiento fue dirigido a Daniel Barría, carpintero de ribera que desde muy joven junto a su padre fabrican embarcaciones con madera nativa; desde Castro, el escogido fue Ramón Rumipillán, herrero de profesión que actualmente tiene 95 años y continúa trabajando en su fragua ubicada en el sector Peldehue en la capital chilota.
Asimismo, en Curaco de Vélez, el galardonado fue José del Carmen Navarro, vecino que toma la responsabilidad del resguardo de la cripta donde descansan los restos del contralmirante Galvarino Riveros Cárdenas. En Quinchao, Ramón Contreras, el «Kenacano», se convirtió en el reconocido. Profesor e ilustrador que desde su natal de Quenac, se inspiró para realizar sus historias que hablan de Chiloé y su cultura tradicional.
Viajando hasta Chonchi, está Juan Evangelista Canumán, que por más de 50 años ha laborado en la herrería y forjadura de fierros en fragua; de igual forma otra de las laureadas es Olivia del Carmen Nahuelquín, isleña que por más de dos décadas se ha desempeñado como auxiliar de servicio en la posta rural de Pío Pío en Queilen, además de cultivar la medicina ancestral; otro consagrado es el Conjunto Folclórico Chalihué de Aldachildo en Puqueldón, con más de 30 años de trayectoria en la difusión de la música insular. Finalmente está Robinson Vargas de Quellón, insigne bibliotecario de la ciudad puerto.